La comprensión auditiva, es una de las competencias a la que normalmente se le presta poca o casi ninguna atención por parte de los colegios y academias a la hora de enseñar inglés , principalmente porque es muy difícil por no decir imposible, enseñar estrategias para mejorar la compresión auditiva a cada alumno en una clase formada por 30 alumnos en el caso de los colegios y Escuelas Oficiales de Idiomas y de 5 o más personas en el de las academias – en el período de una hora o una hora y media.
La mayor parte o casi todo el trabajo finalmente queda en manos del alumno, limitándose el profesor a corregir los errores durante la sesión de audición. Se espera entonces, pues se considera implícito, que con el tiempo el estudiante desarrollará la comprensión auditiva como resultado natural del proceso integro de «aprender a hablar inglés«( o cualquiera otra lengua). ¿Y por qué no? al final esto es cierto, pero también es cierto que existen técnicas y estrategias que nos permiten tomar la iniciativa y bisturí en mano diseccionar pacientemente el proceso para saber que es lo que ocurre cuando ocurre.Y en el mejor de los casos, para darnos cuenta de cómo funciona para cada uno de nosotros en concreto. Veamos en profundidad un consejo que ayuda:
Acostumbrarse al sonido: desde mi adolescencia (70s ), la época que más ha influido en mi aprendizaje del inglés, en mi páis de origen — Chile — eramos bombardeados por la radio y la televisión con música en inglés, se escuchaban entonces los éxitos de los grupos de una de lás épocas más brillantes del Rock y Pop provenientes de Estados Unidos e Inglaterra mayormente , con la bendita excepción de ABBA y uno que otro grupo también de origen europeo de vez en cuando. Eramos lo que escuchábamos; nuestra producción nacional era reducida y con notorias influencias aglosajonas por donde se la mirara.
Resultado, los que aprendíamos a tocar la guitarra, nos atrevíamos con canciones en inglés, ni siquiera nos planteábamos si había que preocuparse de la pronunciación o del significado de las letras de las canciones, la intención era sonar como el original , y en este esfuerzo, creábamos sonidos parecidos a las palabras que escuchábamos, ignorando muchas veces completamente el significado de ellas. El acceso a las «lyrics» o letras y acordes no era lo que es ahora gracias a Internet.
Estas «modulaciones», para quienes nos interesamos más tarde en aprender inglés, fueron sin lugar a dudas , involuntarios ejercicios de pronunciación que nos facilitaron significativamente el camino a la hora de articular sonidos ajenos a nuestra lengua materna. El familiarizarse con ellos a través de la repetición constante nos ayudó a afinar el oído para aprender más tarde de manera consciente e instantánea, el significado y la correcta pronunciación de muchas palabras en inglés.
De acuerdo; no es una fórmula que pueda aplicarse en forma masiva , pero nos da una pista importante de lo que podemos hacer por nuestra cuenta para mejorar nuestra comprensión auditiva y por consiguiente nuestra pronunciación. El elemento desencadenante de esta preparación para el aprendizaje fue sin duda la motivación por la música, fue un efecto colateral, una consecuencia no buscada ni deseada, era sencillamente el acto de la fascinación por algo en pleno funcionamiento. Tu también puedes hacer algo parecido; ¿Te gusta una canción en inglés? No te quedes solo en escucharla , consigue la letra y prepara una sesión íntima con ella, sigue las sílabas una por una , experimenta el pacer de fluir con la música conociendo el significado de lo que estás escuchando, ¡¡tradúcela!! , es una experiencia personal ¿Por qué no extenderla y hacerla más completa?
Rodearse de un ambiente que suene en inglés constantemente, hará que tu aprendizaje ocurra de manera natural y con menos esfuerzo, solo debes perseverar.