Los hombres del S.AS. Temporada 2
Primavera de 1943. Paddy Mayne toma el control del SAS tras la captura de David Stirling, mientras la atención se desplaza del conflicto en el norte de África a la Europa continental. Pero el Cuartel General ha sembrado dudas sobre el futuro del regimiento, mientras que la creación de una segunda unidad y la afluencia de nuevos reclutas complican aún más la situación de los hombres. ¿Podrán demostrar que el SAS sigue siendo esencial para la guerra? ¿Llevarán a cabo con éxito la nueva misión encomendada?
Despliegue de rebeldía
Cuando David Stirling fue hecho prisionero de guerra al final de la primera temporada, se decidió poner a Paddy Mayne al mando. Paddy es un rebelde nato; es quien golpea al oficial al mando, en lugar de ser el oficial al mando. Los hombres que tiene a su cargo son también rebeldes e incorregibles. Responden de manera implacable a las exigencias del combate y su crudeza. Sin embargo demostrarán que no son insensibles a los horrores extremos que su deber les obliga a presenciar al comienzo de su misión.
A Paddy le cuesta asumir el liderazgo en su rol oficial. Tal como le sucedió en la realidad, volvió a meterse en problemas: le negaron el permiso para ir al funeral de su padre, reaccionó con furia y tuvo sus consecuencias. Este es el motivo por el que lo encontramos al comienzo de la segunda temporada en la cárcel. Está muy agobiado en su encierro pero tiene un trabajo que hacer: Se necesita al SAS para la invasión de Europa. Así es como Paddy regresa al grupo con un rol de liderazgo y la misión de dirigirse a Italia. Es una historia realmente heroica la que están a punto de escribir estos indisciplinados rebeldes.
Introducción a una aventura
Los hombres del SAS temporada 2 advierte al comienzo de cada capítulo que aunque la historia de esta unidad está basada en hechos reales, «esta no es una clase de historia» . Teniendo en cuenta esta premisa, nos quedamos con la idea después de cada sesión de que las bromas irónicas, los excesos de intransigencia de Paddy Mayne y las desventuras de David Stirling en su encarcelamiento durante toda la temporada, son completamente legítimas.